Ya he impartido mi primer taller online :-)
Fuimos seis personas —sin contarme a mí— y la experiencia fue muy buena.
Preparé el taller para que fuese práctico: había muchos ejercicios, preguntas y debates (además de las típicas diapositivas donde solo yo hablaba). Creo que esta estructura funcionó bastante bien porque todos los participantes interactuaron mucho durante las casi dos horas que duró el taller.
Además, me dieron bastante feedback positivo (que se agradece) y constructivo (que se agradece aún más).
Sin embargo, una de mis métricas favoritas para saber si algo ha salido bien es: si lo he disfrutado yo o no.
Y, en esta ocasión, lo disfruté mucho.
Hay cosas que quiero mejorar para el siguiente taller. Por ejemplo:
Mejorar la calidad de mi micrófono.
Ser más directo a la hora de responder preguntas.
Poder ver la cámara de los participantes mientras comparto mi pantalla para así no sentir que estoy hablando solo delante de una pantalla.
Pero eso será para la próxima edición.
Antes de irme, te quiero contar una idea que me hubiese gustado haber dicho durante el taller (pero no dije).
¿Por qué enseñar una metodología paso por paso?
En el taller (y en esta entrada) recomiendo una serie de técnicas y consejos que cubren todo el proceso de escritura: desde cómo tener una idea hasta como materializarla en forma de escrita.
¿Por qué es valioso enseñar una metodología paso por paso?
Recientemente, he encontrado una palabra responde a esta pregunta: Shuhari.
Shuhari es una palabra japonesa —que normalmente se utiliza en la enseñanza de artes marciales— que describe las tres fases del aprendizaje: imitar, interpretar y crear.
Imitar.
Cuando quieres aprender una disciplina nueva desde cero, el camino más eficaz al principio es imitar las técnicas que utilizan los demás.
En el caso de escribir, una opción para empezar es hacer el hábito de las 100 palabras que recomiendo en mi taller.
Interpretar.
De esta forma, al imitar una técnica, poco a poco podrás interpretar cuáles son los principios detrás de esa técnica.
Yo no recomiendo el hábito de las 100 palabras porque sea valioso el mero hecho de escribir 100 palabras. Lo valioso es que es una forma de entrenarte a ti mismo a escribir sin tener ninguna intencionalidad productiva en mente que, paradójicamente, es una de las mejores formas de ser productivo en el largo plazo. Este es uno de los principios detrás de esta técnica: la mentalidad que tienes cuando haces un trabajo creativo influye directamente en el proceso creativo.
Crear.
Por último, una vez que interiorizas los principios, es cuando puedes crear tus propias técnicas que se adapten mejor a tus capacidades o necesidades.
Quizás llega un momento que dejas de hacer el hábito de las 100 palabras, pero los principios seguirán ahí y los integrarás —consciente o inconscientemente— en tus propias técnicas.
Conclusión: una metodología fácil de imitar
El objetivo de mi taller es ofrecer una metodología completa paso por paso que sea fácil de imitar y que tenga integrados todos los principios que considero valiosos para escribir y disfrutar de escribir.
¿Por qué no conté esta idea en mi taller?
Ayer participé —esta vez como alumno— en un taller sobre Zettelkasten impartido por Sascha Fast. Me siento realmente privilegiado por haber podido entrar en este taller (las plazas eran limitadas a ocho personas y yo entré justo el último). Pues bien, Sascha nos explicó esta idea para contextualizar su taller y, como las ideas no son de nadie, ahora tú también conoces el Shuhari.
Y tú, ¿en qué fase del Shuhari estás?
Puedes responderme en los comentarios o directamente a este mail. En ambos casos, te contestaré :-)
Referencias:
Esta es la web del curso de Sascha: https://zettelkasten.de/course/
Entradas mencionadas o relacionadas:
Publicado originalmente en https://eljardindegestalt.com/ el 8 de Octubre de 2023.